resopló
disparates
venenosa
Detrás de las llamas el dragón. Se había enrollado, colocando la cabeza sobre las . Su cola, larga y dentada, se enroscaba alrededor del cálido fuego. Las llamas hacían relucir sus y proyectaban su sombra contra la pared de la cueva. Rata caminó con hacia el dragón, trepó a su zarpa y le tiró de la oreja. –¡Lung! –gritó–. ¡Despierta, Lung! ¡Que vienen! , el dragón levantó la cabeza y abrió los ojos. –¡Ah, eres tú, Rata! –murmuró. Su voz sonaba un poquito –. ¿Se ha puesto ya el sol? –¡No, pero tienes que levantarte! ¡Tienes que despertar a los demás! –Rata saltó de la pata de Lung y caminó nerviosa de un lado a otro ante él–. Os lo . Pero no quisisteis escucharme. –¿De qué habla? –el dragón miró a Piel de Azufre, que, sentada junto al fuego, mordisqueaba una . –¡Ni idea! –Piel de Azufre la lengua–. Lleva todo el rato diciendo . Y es que no cabe esperar mucho juicio de una cabeza tan pequeña. –¿Ah, sí? – Rata furiosa–. Ésta, ésta... –¡No le hagas caso, Rata! –Lung se levantó, estiró el largo cuello y se –. Está de mal humor porque tiene la piel húmeda a causa de la niebla. –¡Qué va! –Rata dirigió una mirada a Piel de Azufre–. Los duendes siempre están de mal humor. Llevo pateando desde el amanecer para preveniros. ¿Y cómo me lo agradecéis? –su pelo gris se de furia–. ¡Obligándome a escuchar sus peludas ! –¿Prevenirnos? ¿De qué? –Piel de Azufre arrojó contra la pared de la cueva el resto roído de su raíz–. ¡Trufas y rebozuelos! ¡Como sigas teniéndonos sobre ascuas, te haré un nudo en el rabo! –¡Piel de Azufre! –Lung, irritado, golpeó el fuego con la zarpa. Chispas azules volaron sobre la piel de la duende, donde se apagaron como diminutas estrellas . –¡Vale, vale, de acuerdo! –gruñó ella–. Pero la verdad es que esta rata es capaz de volverte loca con su eterna . –¿Ah, sí? ¡Entonces escuchadme de una vez! –la rata se irguió cuan alta era y, con las patas en jarras, enseñó los dientes–. ¡Viiieeenen los humanos! –bufó en tono tan , que su voz en las paredes de la cueva–. ¡Vienen los humanos! ¿Sabes lo que significa eso, duende revuelvehojas, comesetas, cabeza ? ¡Vienen hacia aquiiií!
B. Es adoptado por los Wiesengrund.
C. Llegan al monasterio y es reconocido como el jinete del dragón.
D. Volverá con los Wiesengrund a casa de Subaida Galhib para encontrarse con los dragones escoceses que vuelan hasta la Orilla del Cielo.
E. Golpea las piedras de luna y despierta al dubidai.
F. Subaida Galhib les cuenta la historia del jinete del dragón.
G. Busca con Piel de Azufre la oficina de Gilbert Rabogris.
H. Vuelan sobre el Ojo de la luna para encontrar la cueva de los dragones.
I. Decide acompañar a Lung y Piel de Azufre en su viaje.
J. Pregunta al djin del desierto sobre la Orilla del cielo.