El Lazarillo de Tormes
Anónimo
- El Lazarillo pertenece a lo que denominamos novela picaresca. Esta breve obra es la que marcará las características posteriores del género; es decir: el protagonista es un pícaro de ínfimo origen; la historia se explica en primera persona y es una excusa para justificar la vida del pícaro; el antihéroe-protagonista tiene distintos amos; los hechos no son fantásticos sino reales y próximos a la vida cotidiana; y la narración contiene grandes dosis de crítica social.
- Te encontrarás que Lázaro mayor, escribe un prólogo, que es una carta dirigida a "vuestra merced", en la que le adelanta que va a explicarle su vida, sus fortunas y adversidades, para que se dé cuenta de lo que le ha costado conseguir el nivel social que ha llegado a alcanzar bajo la protección del Arcipreste de San Salvador.
- Te encontrarás que Lázaro mayor, escribe un prólogo, que es una carta dirigida a "vuestra merced", en la que le adelanta que va a explicarle su vida, sus fortunas y adversidades, para que se dé cuenta de lo que le ha costado conseguir el nivel social que ha llegado a alcanzar bajo la protección del Arcipreste de San Salvador.
- La acepción de pícaro que prevalece hoy (chico simpático y con cierto punto de ironía) es distinta de la que se conocía en aquella época: mozo de muchos amos, astuto, que engaña para sobrevivir, que busca siempre la ventaja fácil y que intenta evadirse de cualquier responsabilidad... Y nuestro Lazarillo "da la talla".
- El protagonista, que ha sido lazarillo de su primer amo, va pasando por la compañía de un clérigo, de un fraile, de un buldero, de un pintor, etc. y acaba siendo protegido del Arcipreste de San Salvador. De todos ellos va aprendiendo algo para su vida; y, a través de ellos, el autor nos denuncia unas clases sociales, principalmente el clero.
- Por último, sitúate en la época. Estamos a mediados del siglo XVI. Socialmente, España está en crisis económica por las continuas guerras. Hay miseria y proliferan los vagabundos y estafadores. En ese mundo se educará y se hará adulto nuestro protagonista.
- ¡Ah! Y no olvides que estamos ya en la Edad de Oro de la literatura y de las artes, con el Renacimiento en pleno auge.