Hoy basta con recurrir a un buen libro, una enciclopedia o un buscador de Internet para informarse sobre un tema. Pero ¿has pensado alguna vez que esta posibilidad es bastante reciente? En la Edad Media sólo unos pocos sabían leer y escribir, y, por lo tanto, aquello que se consideraba lo suficientemente importante como para ser difundido, necesitaba apoyarse en la imagen. Si visitas una de las grandes catedrales europeas, fíjate en las vidrieras: son historias dibujadas. Lo mismo sucede con el famoso tapiz de Bayeux, que nos habla, con imágenes, a veces complementadas con los nombres de sus protagonistas, de unos hechos fundamentales para la historia de Inglaterra y de toda Europa: la conquista del normando Guillermo, que acabó con el sajón Haroldo.
La historia, junto con los documentos, las obras de arte, las crónicas de centenares de personajes que se preocupan de dejar constancia de su época, también hemos heredado enigmas, muchos de los cuales han dado lugar a leyendas y mitos, en los que historia y literatura, verdad y fabulación, se confunden.
Todavía hoy en día nos fascinan los caballeros templarios, los misterios de los cátaros, la crueldad de Drácula, los mensajes encerrados en las obras de Leonardo da Vinci y un sinfín de relatos en los que la fantasía y los hechos históricos se mezclan.
En esta obra, el autor presenta a unos personajes que actúan con pasión, movidos por algo que no es más que una hipótesis, que tiene un valor incalculable, pues los objetos que el pasado nos ha legado, en especial aquellos que forman parte de algún episodio oscuro, enigmático o legendario, constituyen el tesoro de los pueblos que los crearon. ¡Imagínate que alguien encontrara el Arca de la Alianza o la espada Excalibur del rey Arturo! De momento, son objetos míticos, imaginarios… pero ¿quién sabe? Lo mismo que ocurre con el tapiz de Bayeux en la novela, tal vez alguien acabe por dar con su pista.
Los hechos transcurren en Bayeux, una ciudad de Normandía famosa sobre todo por el tapiz. El protagonista te descubrirá con simpatía el carácter de los actuales normandos, y, por supuesto, también te hablará de los antiguos.
No es casual que nuestro protagonista sea escritor de novela negra. De hecho, sin quererlo, va a vivir el argumento de una de ellas, con todo lo que eso supone: intriga, enigma, peligro, giros inesperados… ¿A qué tendrá que enfrentarse un simple escritor?