Además, los versos escritos en castellano
han de terminar en palabra llana o grave, cuyas dos últimas
sílabas siempre son: tónica (acentuada) y átona
(sin acentuar).
Si
el verso termina en palabra monosilábica o en palabra aguda,
se le suma una sílaba a su medida. Los versos siguientes
tienen ocho sílabas (son octosílabos):
Cuando
el verso acaba en palabra esdrújula, se le resta una sílaba
a su medida: