Hace mucho el dinero,
mucho se le ha de amar;
al torpe hace discreto,
hombre de respetar,
hace correr al cojo, al mudo le hace hablar;
el que no tiene manos bien lo quiere tomar.
Aun al hombre necio y rudo labrador
dineros le convierten en hidalgo
doctor;
cuanto más rico es uno, más grande es su valor,
quien
no tiene dineros no es de sí señor.
Y si tienes dinero, tendrás consolación,
placeres y alegrías y del papa la ración,
comprarás paraíso, ganarás la salvación:
donde hay mucho dinero, hay mucha bendición.
Él crea los priores,
los obispos, los abades,
arzobispos, doctores, patriarcas, potestades,
a los clérigos necios
da muchas dignidades.
De verdad hace mentiras y de mentiras hace verdades.
Él hace muchos clérigos y muchos
ordenados,
muchos monges y monjas, religiosos sagrados:
el dinero les da por bien examinados;
a
los pobres les dicen que no son ilustrados.