Elia Barceló explica cómo nació la idea de escribir esta novela en un entrevista publicada en el web Juvenil Romántica:
Eso es algo muy propio de mí y lo he usado también en algunas de las novelas de adultos. Yo soy muy nostálgica, amo profundamente el pasado, siempre soy consciente de que lo que somos y lo que tenemos viene de lo que fuimos. Me gusta sentirme parte de una cadena de seres que vivieron antes que yo y sentir que yo también soy la antepasada de otros que vendrán.
En Cordeluna, concretamente, la idea surgió por casualidad un día en que me pregunté por qué se da el típico “flechazo”, cuando ves a alguien por primera vez y, antes incluso de que hable, sabes que esa persona es muy importante para ti, como si la conocieras desde siempre. Entonces pensé: “¿y si fuera verdad que se conocen desde hace siglos, que llevan siglos buscándose?” A eso se unió lo de las letras, las iniciales del emblema de amor, y lo demás se fue desarrollando con toda naturalidad.
La novela explica dos historias que trascurren con más de mil años de diferencia.
Los protagonistas de la primera son dos jóvenes de procedencias sociales muy diferentes -ella noble, él un joven guerrero cristiano vasallo de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid- que viven un amor apasionado en pleno siglo XI, mientras que la segunda está protagonizada por unos adolescentes que están preparando una obra de teatro sobre la figura de "El Cid" en pleno siglo XX. Dos historias de amor que están destinadas a encontrarse.
Podemos definir la novela Cordeluna como un relato:
Destaca la detallada recreación de la vida en la Edad Media que sirve para ilustrar la sociedad del siglo XI, el férreo rigor social del momento y contextualizar la figura emblemática de Rodrigo Díaz de Vivar, "El Cid". Su biografía sirve de nexo de unión entre los jóvenes amantes del pasado y los adolescentes del presente.
Rodrigo Díaz de Vivar representa la figura del caballero cristiano castellano medieval por antonomasia. Luchador infatigable su extraordinaria biografía sirvió de inspiración a uno de los más conocidos cantares de gesta de la Edad Media: El Cantar del Mío Cid.
El cantar de gesta es una composición poética popular que reproducía, en principio oralmente, los hechos de personajes históricos, legendarios o tradicionales.
El Cantar del Mio Cid es la primera obra extensa conocida de la literatura castellana escrita alrededor del año 1200 y destaca por su alto valor literario. El único manuscrito de esta importante obra literaria se conserva en la Biblioteca nacional de Madrid.
En el libro también se reflejan las rígidas relaciones sociales de la alta Edad Media.
El feudalismo -sistema político dominante en la Europa occidental de los siglos IX a XIII- establecía una serie de relaciones entre el señor, el vasallo y el feudo de tipo jurídico y militar.
El hombre libre (el vasallo) recibía un bien (el feudo) por parte de otro hombre libre (el señor) ante el que se encomendaba en una ceremonia (el vasallaje) que representaba simbólicamente el establecimiento de un contrato de obligaciones recíprocas.
La sociedad dividida en estamentos se organizaba en la llamada pirámide medieval, siendo el rey el máximo exponente.
Otro elemento muy presente en el libro y que refleja las relaciones sociales del siglo XI es la institución matrimonial inspirada en el derecho germánico. Las familias pactaban -sin el consentimiento de la mujer- el contrato de esponsales y después se producía la ceremonia de la boda. La patria potestad pasaba del padre de la novia al marido.
El amor, en cambio, era considerado como una enfermedad y siempre se situaba al margen del matrimonio. Leyendas como Tristán e Isolda reflejan la pasión amorosa desenfrenada mientras que escritos como el Tractat sobre l'amor heroic de Arnau de Vilanova -médico de reyes y papas- tratan el amor como una enfermedad.