P. Sus personajes siguen siendo perdedores pero no fracasados. Son seres "fieramente humanos" que en esencia y a lo largo de su obra constituyen una filosofía y, al término, una propuesta moral. ¿De quién aprendió esto? ¿Quiénes han sido sus maestros?
R. La fascinación de los perdedores, de la derrota. Tampoco hay que enfatizar el tema, está muy cantado. En mi caso es muy sencillo. La historia de mi familia, la biológica y la adoptiva, es una historia de perdedores. La primera ya lo había perdido todo antes de la Guerra Civil, y la segunda después, durante la interminable dictadura […]. Pero es que, además, el perdedor me atrae más que el vencedor. Pero huyo, al menos de forma consciente, de cualquier propuesta moralizante. Creo que basta un mínimo de sensibilidad, mucho sentido común y -algo de lo que los novelistas no suelen hablar- necesidad de alguna forma de belleza. Maestros literarios he tenido a montones y citaré sólo algunos: Stevenson, Dickens, Stendhal, Chéjov, Baroja, Joseph Roth, Hemingway, Pla, Chesterton, Rulfo... Todos ellos y muchos más me han hecho compañía moral en diversas épocas de mi vida, aunque los motivos que me llevaron a su lectura fueran otros.
Juan Marsé entrevistado por María Luisa Blanco. “El País”, 8 de abril de 2005
Después de acabar los estudios primarios, a los trece años, Juan Marsé (Barcelona, 1933) ingresó como aprendiz en un taller de joyería. A partir de 1958, año en que publicó sus primeros relatos, las sucesivas etapas de su vida están estrechamente relacionadas con su vocación literaria. Tras pasar dos años en París, da a conocer su primera novela, Encerrados con un solo juguete (1961). Desde entonces, su obra novelística sigue creciendo en interés, por el realismo y la potencia evocadora con que recrea tipos y ambientes sociales, casi siempre situados en barrios de Barcelona, y por la originalidad de su prosa, dotada de un estilo sugestivo y renovador.
Entre sus novelas, se destacan Si te dicen que caí (1973), Ronda del Guinardó (1984), El amante bilingüe (1990), El embrujo de Shanghai (1994),Rabos de lagartija (2000) y Canciones de amor en el Lolita's Club (2005).
La brillante trayectoria literaria de Juan Marsé ha sido reconocida con importantes premios, entre ellos el Premio Cervantes 2008.
Conocedor del mundo del trabajo desde muy joven, Juan Marsé puebla su obra con personajes de modesto origen enfrentados a un ambiente social hostil. En sus novelas no suelen faltar las figuras de adolescentes imaginativos que, como la animosa y vivaz Rosita de Ronda del Guinardó, están empeñados en vencer los obstáculos y dejar atrás el sórdido ambiente que les aprisiona.