Literatura

 
El juglar renueva su programa
     
 
 



Monje copista, detalle de una miniatura de las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio Cuando la Edad Media alcanzaba su plenitud, los juglares también incluyeron en su repertorio poemas narrativos sobre milagros, vidas de santos, o aventuras de reyes y guerreros de antaño, escritos por monjes sabios para difundirlos entre la gente y atraer peregrinos a sus monasterios. Juan Ruiz, conocido como el Arcipreste de Hita, entregó a los juglares su Libro de Buen Amor, en cuyos versos había mezclado enseñanzas y humorísticas aventuras.

Muchos años después, los poemas extensos pasaron de moda. Con los fragmentos que más habían gustado, los juglares compusieron romances, que tuvieron gran éxito: las gentes los aprendían de memoria y los enseñaban a sus hijos y nietos. De este modo, se convirtieron en canciones populares que, año tras año, se siguieron cantando hasta principios del siglo XX.

 
 
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