Desde que Esquilo, en Los Persas, incluyó sucesos históricos en el argumento, han sido muchos los autores que han tomado hechos de la Historia como fuente de inspiración de sus textos.
En una obra dramàtica, la referència a un tiempo histórico determinado puede ser un mero pretexto para recrear situaciones del pasado de una comunidad mediante los decorados, el vestuario y la ambientación. En estos casos, el autor sólo presenta una época histórica por su valor documental, como simple referencia histórica de la trama que se desarolla en el escenario, pero sin plantear nada aprte de ella misma.
De modo distinto, se pueden elegir unos hechos del pasado histórico como referencia que permita reflexionar sobre una determinada situación del pasado o del presente. En estos casos el dramaturgo pone en contraste la situación del presente con la del pasado. El pasaje histórico es usado para mostrar situaciones de conflicto moral, político, social, etc. que pueden estar preocupando al público presente. Así mismo, las obras teatrales que tratan de sucesos actuales pueden considerarse históricas, en la medida que reflexionan sobre hechos que remiten a la conciencia de una comunidad o que muestran costumbres y situaciones sociales de un momento histórico.
En este sentido podríamos admitir que todas las obras de teatro son un reflejo del momento histórico en el que es creada. La historia sería, por tanto, la materia principal de la que están compuestos los textos dramáticos. Por consiguiente, será imprescindible conocer la situación histórica del lugar y el momento en el que se ha escrito, ya que esto nos dará las claves para poder interpretar su sentido y llegar hasta sus últimas interpretaciones, porque cualquier autor escribe desde la experiencia que le ha tocado vivir y la refleja en sus obras.