En
su acepción más amplia, el drama se refiere al texto
escrito para ser representado por varios actores. Es decir,
se utiliza como genérico
para referirse al texto teatral. Sin embargo, el término
"drama" surge en el teatro francés de la Ilustración
para referirse a un género situado entre la tragedia
y la comedia. Los temas suelen ser graves, las situaciones serias
y el final triste, aunque no tiene por qué terminar con
la muerte de alguno de los personajes. El término drama
lo podemos encontrar con adjetivos que especifican otros géneros
teatrales, como son el drama litúrgico o el drama
sentimental.
El drama litúrgico se desarrolló durante la Edad Media a partir de pasajes de los Evangelios; se representaba durante los oficios religiosos en algunas festividades. Las primeras composiciones se basan en el Nacimiento y Resurrección de Cristo. La música tuvo su importancia como complementos de estas representaciones.
El origen del drama sentimental se sitúa su origen en la Inglaterra de finales del siglo XVII. Pero fueron los dramaturgos franceses quienes le dieron sus señas de identidad. Fue un género con gran éxito al amparo de los gustos y la estética del teatro popular, entre la emergente burguesía. Este drama se caracteriza por narrar historias desgraciadas y lacrimógenas con personajes de personalidad poco definida,y por romper la unidad de acción y abusar de tópicos literarios.