El
amor ha sido siempre uno de los temas preferidos por los autores
y los lectores. El teatro ha representado el tema del amor de formas
muy diversas. Las grandes pasiones de amores imposibles, por ejemplo,
fueron el motivo de obras clásicas, como Romeo
y Julieta, de William
Shakespeare, obra que ha dado origen a muchas versiones tanto
teatrales como cinematográficas.
Otro de los mitos frecuentes en el teatro es la figura del seductor: promete matrimonio a las mujeres que conquista, pero después las abandona. Entre los seductores destaca Don Juan, símbolo del conquistador amoroso. Son muy abundantes las versines que de él se han hecho en todas las manifestaciones artísticas. Parece ser que el verdadero Don Juan vivió en Sevilla del siglo XIV, aunque no existen testimonios que justifiquen su fama de seductor. De etsa época datan las primeras versiones del mito, debidas a Geoffrey Chaucer. Pero, ya en el siglo XVII, es El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina, la obra que dará solidez a este personaje. Años después el francés Molière ayudó a consolidar la fama del conquistador con su drama Don Juan. Y en el siglo XIX, José Zorrilla creó con su Don Juan Tenorio la obra más representada del teatro español.
También hallamos la figura de Don Juan en la ópera (Don Giovanni, de W. A. Mozart) y en el cine (Sonatas de Juan Antonio Bardem o Don Juan en los infiernos de Gonzalo Suárez).
La figura de Don Juan tiene grandes similitudes con la personalidad de escritores como Giacomo Casanova o el Marqués de Sade, grandes seductores en la literatura y el teatro.