Literatura


 
Mariana Pineda
     
 
 

Federico García Lorca Argumento: Obra de Federico García Lorca en la que la protagonista borda una bandera liberal para don Pedro de Sotomayor, su enamorado y cabecilla del movimiento revolucionario. Don Pedro se reúne con otros conspiradores en casa de Mariana, pero la llegada de Pedrosa, autoridad gubernamental, los obliga a escapar. Pedrosa, que conoce la conspiración intenta que Mariana acceda a sus requerimientos amorosos a cambio de desconocer su implicación. Ella no cede y es apresada, la condenan a muerte y queda recluida en un convento. Pedro intenta convencerla para que ceda. Mariana es ejecutada.


Escena IX

Pedrosa llega a casa de Mariana y le propone desconocer el hecho de haber bordado la bandera liberal a cambio de que acceda a sus requerimientos amorosos.

(…)

PEDROSA. (Serio.)
¡Mariana!
(Pausa.)
Una mujer tan bella como usted,
¿no siente miedo de vivir tan sola?

MARIANA.
¿Miedo? Ninguno.

PEDROSA. (Con intención.)
Hay tantos liberales
y tantos anarquistas por Granada,
que la gente no vive muy segura.
(Firme.)
¡Usted ya lo sabrá!

MARIANA. (Digna.)
¡Señor Pedrosa!
¡Soy mujer de mi casa y nada más!

PEDROSA. (Sonriendo.)
Y yo soy juez. Por eso me preocupo
de estas cuestiones. Perdonad, Mariana.
Pero hace ya tres meses que ando loco
sin poder capturar a un cabecilla...
(Pausa. Mariana trata de escuchar y juega con
su sortija, conteniendo su angustia y su
indignación.)

PEDROSA. (Como recordando, con frialdad.)
Un tal don Pedro de Sotomayor.

MARIANA.
Es probable que esté fuera de España.

PEDROSA.
No; yo espero que pronto será mío.
(Al oír esto Mariana, tiene un ligero desvanecimiento
nervioso; lo suficiente para que se le
escape la sortija de la mano, o más bien, la
arroja ella para evitar la conversación.)

MARIANA. (Levantándose.)
¡Mi sortija!

PEDROSA.
¿Cayó?
(Con intención.)
Tenga cuidado.

MARIANA. (Nerviosa.)
Es mi anillo de bodas; no se mueva,
vaya a pisarlo.
Principio de texto(Busca.)

PEDROSA.
Está muy bien.

MARIANA.
Parece que una mano invisible lo arrancó.

Retrato de Mariana Pineda

PEDROSA.
Tenga más calma. (Frío.) Mire.
(Señala al sitio donde ve el anillo, al mismo tiempo que avanzan.)
¡Ya está aquí!
(Mariana se inclina para recogerlo antes que Pedrosa, éste queda a su lado, y en el momento de levantarse Mariana, la enlaza rápidamente y la besa.)

MARIANA. (Dando un grito y retirándose.)
¡Pedrosa!
(Pausa. Mariana rompe a llorar indignada.)

PEDROSA.
¡Mi señora Mariana, esté serena!

MARIANA. (Arrancándose desesperada y cogiendo a Pedrosa por la solapa.)
¿Qué piensa de mí? ¡Diga!

PEDROSA. (Impasible.)
¡Muchas cosas!

MARIANA.
Pues yo sabré vencerlas. ¿Qué pretende?
Sepa que yo no tengo miedo a nadie.
Como el agua que nace soy de limpia,
y me puedo manchar si usted me toca;
pero sé defenderme. ¡Salga pronto!

 

 

continúa

 
 
Portada   AtrásAdelante
 

Teatro