A
través de la historia del teatro podremos comprobar cómo
han abundado las obras con final fatídico,
desde las tragedias
griegas a las tragedias contemporáneas, pasando por
otros géneros similares como el drama (en el que a veces el final no es fatídico, pero siempre es triste) o el melodrama (en el que la música desempeña un papel destacado).
Especialmente importantes en este aspecto son los autores clásicos,
tanto del teatro en lengua castellana:
Lope
de Vega, Calderón
de la Barca, El
Duque de Rivas, Lorca... Como del de otras tradiciones literarias: Sófocles,
Eurípides,
Esquilo,
Shakespeare...
Éstos son sólo algunos ejemplos de dramaturgos que han explorado
de qué modo emocionar al espectador mediante temas tristes,
o con historias de final desgraciado.