A.- Las damas del Castillo refunfuñaron, pero no tuvieron más remedio que hacerse cargo de Miaja, puesto que así lo había ordenado el Señor.
B.- Los soldados elegían la mejor mercancía y la cargaban a lomos de unas cuantas mulas, que formaban parte de la expedición. C.- Nulo trepó cerro arriba a toda velocidad y ¡paf!, justo cuando llegaba a la cima, se dió de narices con Miaja, que había subido por la ladera opuesta. D.- Miaja cayó de espaldas al suelo, y el capuchón que le cubría la cabeza resbaló. La capucha escondía una melena negra y brillante. E.- Sin hacer caso de los aspavientos de los vecinos, Maese No y Nulo levantaron un pequeño escenario en el centro de la plaza. F.- Los actores de la compañía teatral, junto con los refuerzos recién llegados de Sombra, se desparramaron entonces por el Castillo sembrando la rebelión. G.- El escenario y las marionetas fueron recogidos. Y la extraña compañía se puso en marcha, escoltada por los perplejos Soldados. Era el cunmpleaños del Señor. H.- Cuando los habitantes del Castillo hubieron celebrado la liberación y los reencuentros, se pusieron a destrozar cuanto encontraban a su paso. I.- Ña Ortiga avanzaba por el páramo a la cabeza de un puñado de sombrinos, armada con un cuchillo de cocina y la mayor de sus sartenes. J.- Ahora si la evacuación iba en serio. Acuciados por el humo, hombres, mujeres y niños se internaban rápidamente en los túneles.
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