Don Quijote en Barcelona
Miguel de Cervantes
- Cervantes vive en una época en que España pasa de los triunfos militares a la decadencia. Pese a que sigue su empresa de conquista en América, sus enemigos en Europa, especialmente Inglaterra y Francia, son cada vez más poderosos. España se ha convertido en la defensora del catolicismo frente a los protestantes, y se enfrenta, además, a la amenaza de los turcos en el Mediterráneo: En 1571, Cervantes participó precisamente en un episodio de ese conflicto: la batalla de Lepanto, algo de lo que siempre se sintió orgulloso. Pero esa victoria se vio ensombrecida por el desastre de la Armada Invencible, en 1588, que suele considerarse el inicio de la decadencia de España como gran potencia.
- La sociedad se dividía, entonces, en tres clases diferenciadas. En la parte superior de la pirámide encontramos a la nobleza, desde los grandes nobles a los hidalgos, como lo era el mismo don Quijote; viven de sus rentas y consideran vergonzoso trabajar con sus manos. Después tenemos a los eclesiásticos, que se encargan de la educación y del control del pensamiento por medio de la Inquisición. Por último, los plebeyos, cargados de impuestos y muchas veces empujados a la pobreza y a la delincuencia. Era, por tanto, una sociedad en crisis.
- Pese a todo, la literatura y el arte fueron excepcionales durante los llamados Siglos de Oro. Cervantes conoció de primera mano el Renacimiento durante su estancia en Italia, y siempre fue fiel a su ideal de búsqueda de la belleza a través de la armonía y la sencillez. Pero poco a poco la estética fue cambiando y el arte empezó a complicarse, a buscar el efecto del contraste y de la sorpresa, a preocuparse por la forma tanto o más que por el contenido. Ese nuevo movimiento se denominaría posteriormente Barroco.
- Hoy suele interpretarse que el Quijote tiene más de barroco que de renacentista, aunque lo más justo sería decir que comparte rasgos de las dos estéticas.