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Don Quijote en Barcelona

Miguel de Cervantes

      Ilustración Gustav Doré
    • En 1614, un año antes de que Cervantes publicara la segunda parte del Quijote, se publicó en Tarragona una segunda parte apócrifa cuyo autor decía ser un tal Alonso Fernández de Avellaneda, nacido en Tordesillas (Valladolid).

    • Se trata de una obra de escasa calidad, cuya única intención era posiblemente dañar a Cervantes. Se desconoce quién se ocultaba tras ese seudónimo, se pensó que podía tratarse de Lope de Vega, el gran poeta y dramaturgo contemporáneo de Cervantes; sin embargo, aunque los dos autores no se apreciaban demasiado, y a pesar de las numerosas referencias irónicas a Lope en la segunda parte del Quijote, hoy se descarta esa posibilidad. Sí se cree que el autor apócrifo era amigo o admirador de Lope de Vega. Por otra parte, el profesor Martín de Riquer, quizás el principal especialista en el Quijote, sigue sugiriendo la posibilidad de que, tras Avellaneda, se ocultase un personaje muy peculiar: Ginés de Pasamonte, personaje del Quijote (uno de los condenados liberados por don Quijote) pero también real.

    • Sin embargo, el Quijote de Avellaneda tiene una virtud: sin él, seguramente no tendríamos el Quijote auténtico tal y como lo conocemos. Cervantes murió en 1616, y sabemos que si logró publicar el año anterior la segunda parte de su obra fue porque se vio obligado a acelerar su redacción para responder a Avellaneda. Cuando el Quijote apócrifo se publicó, Cervantes debió de sentirse ultrajado y tuvo que darse prisa en concluir la obra para responder a su enemigo. Si Avellaneda no hubiera publicado su falso Quijote, es más que probable que la muerte hubiese sorprendido a Cervantes en plena redacción de la segunda parte del Quijote. Y tal vez nuestro caballero y su fiel escudero no habrían llegado a cabalgar por las tierras de Cataluña, ni a pasear por las calles de Barcelona.

      Edición del Quijote de Letras Hispánicas