Follas Novas (1880) puede considerarse como la obra cumbre de la literatura gallega del siglo XIX. Aunque la línea la marcaron los Cancioneiros gallegos de los siglos XII y XIV, es evidente que los escritores gallegos de principios del siglo XIX no conocían estas obras.
La lengua gallega era la lengua vehicular de los campesinos gallegos pero no era una lengua literaria admitida por la burguesía gallega. Sin embargo, existían algunas obras escritas en gallego a principio del siglo: Las Proezas de Galicia (1810) de Fernández Neira, Os rogos de un galego (1813) de Pardo de Andrade, A Alborada (1828) de Pastor Díaz. Se trata de obras menores pero que van marcando una tendencia.
La publicación de Cantares Gallegos (1863) supuso la consolidación de esta tendencia y el inicio del llamado “Rexurdimento” del gallego literario. A partir de aquí. Se publicaría la Gramática Gallega de Saco y Arce en 1868, Saudades gallegas de Valentín Lamas Carvajal (1880), Aires da miña terra (1880) de Manuel Curros Enríquez, Queixumes dos Pinos (1886) de Eduardo Condal. Es evidente que la literatura en gallego se decantó claramente por la lírica.