La poesía de Rosalía tiene algunas de las características propias del Romanticismo, aunque también presenta algunas innovaciones.
¿Cómo construye la frase, la estrofa y el verso?
En muchas ocasiones, si observamos los cuartetos descubriremos que cada uno de ellos corresponde a una frase.
No va solo el que llora,
no os sequéis, ¡por piedad!, lágrimas mías;
basta el pesar del alma;
jamás, jamás le bastará una dicha.
Juguete del Destino, arista humilde,
rodé triste y perdida;
pero conmigo lo llevaba todo:
llevaba mi dolor por compañía.
En las orillas del Sar
A veces la frase se constituye como un grupo de cuatro versos, como dos grupos de dos versos o como cuatro versos que se siguen.
Aquellos que tienen fama de honrados en la villa,
me robaron tanta blancura que yo tenía;
me echaron estiércol en las galas de un día,
la ropa fiesta me la dejaron en tiras.
Ni una piedra dejaron en donde yo vivía;
sin hogar, sin abrigo, moré en los plantíos;
al raso con las liebres dormí en las campiñas;
mis hijos…¡mis ángeles…! Que tanto quería
¡murieron, murieron con el hambre que tenían!
La justicia por la mano
¿Cómo consigue el ritmo y la expresividad?
La continuidad rítmica, es decir, el uso de una serie de versos que tienen el mismo acento rítmico, no es usual en Rosalía. A veces combina la continuidad rítmica del verso con una forma estrófica regular y una continuidad verbal o sintáctica.
Los paralelismos
Son muy frecuentes los paralelismos no sólo en las estructuras métricas sino también en las ideas expresadas y en la construcción de las frases.
El uso del paralelismo es muy corriente en la poesía popular y es un recurso muy útil para expresar las contradicciones. Rosalía es una mujer contradictoria y así lo denotan sus paralelismos (suavidad y violencia, resignación y rebelión, necesidad de hallar el equilibrio emocional pero imposibilidad de satisfacerlos).
El paralelismo refleja los conflictos y las contradicciones del alma.
- Te amo…¿por qué me odias?
Te odio…¿por qué me amas?
Secreto es este el más triste
y misterioso del alma.
Mas ello es verdad…¿Verdad
dura y atormentadora!
- Me odias, porque te amo;
te amo, porque me odias.
En las orillas del Sar