Se dice que Rosalía de Castro representa, mejor que nadie, este sentimiento tan gallego denominado saudade.
Pero, ¿qué es la saudade?
Hay numerosos estudios sobre el tema. Todos intentan definir este término y determinar si se trata realmente de un sentimiento exclusivamente gallego.
Castelao cree que la saudade expresa el dolor del pueblo gallego por tener que abandonar su tierra para poder sobrevivir. El alejamiento produce una inmensa nostalgia por la tierra abandonada y una necesidad de regresar cuanto antes. La saudade podría ser la nostalgia de un paraíso infantil perdido, en contraposición con la soledad y el desamparo que produce la madurez.
Ramón Piñeiro define la saudade como un sentimiento cercano a la soledad, provocada por el abandono de distintas cosas: el bien perdido, la tierra abandonada…etc.
En la poesía de Rosalía existen diferentes tipos de saudade:
1. La saudade de la tierra: Provocada por la necesidad de emigrar fuera de Galicia o incluso dentro de la propia Galicia
2. La saudade amorosa: Provocada por el abandono o el olvido del ser amado
3. La saudade por un tiempo pasado más dichoso
4. La saudade del dolor: En el fondo del alma hay un vacío que no se llena con alegrías sino con un gran dolor.
5. La saudade que expresa la soledad
Lee estos poemas e intenta asociarlos a uno de los tipos de saudade:
- La tierra
- El amor
- El pasado, el paso del tiempo
- La soledad
HORA TRAS HORA, DÍA TRAS DÍA
Hora tras hora, día tras día,
Entre el cielo y la tierra que quedan
Eternos vigías,
Alma que vas huyendo de ti misma,
¿qué buscas, insensata, en las demás?
UN MANSO RÍO
Un manso río, una vereda estrecha,
un campo solitario y un pinar,
Airiños, airiños, aires,
airiños de mi tierra;
airiños, airitos, aires,
airiños, llevadme a ella.
Sin ella vivir no puedo,
no puedo vivir contenta;
que adonde quiera que vaya,
me cubre una sombra espesa.
Me cubre una espesa nube,
tan preñada de tormentas,
tan de soledad preñada,
que mi vida envenena
Era dolor y era cólera,
era miedo y aversión,
era un amor sin medida,
¡era un castigo de Dios!
Que hay unos amores negros de índole malsana
que privan a los espíritus, que turban las conciencias,
que muerden si acarician, que cuando miran abrasan,
que dan dolores de rabia, que manchan y afrentan.
Vale más morir de frío
que calentarse en su hoguera.
Cuando era tiempo de invierno,
pensaba en donde estarías;
cuando era tiempo de sol,
pensaba en dónde andarías.
¡Ahora… tan solo pienso,
mi bien, si me olvidarías!