Murió Rosalía el 15 de julio de 1885. Fue enterrada en el cementerio de Andina pero en 1895 su féretro fue trasladado a Santiago de Compostela al Panteón de los Gallegos Ilustres de la iglesia de Santo Domingo, donde también está enterrado Castelao.
González Besada relata así su muerte:
«... recibió con fervor los Santos Sacramentos, recitando en voz baja sus predilectas oraciones. Encargó a sus hijos quemasen los trabajos literarios que, reunidos y ordenados por ella misma, dejada sin publicar, dispuso se la enterrara en el cementerio de Andina, y pidiendo un ramo de pensamientos, la flor de su predilección, no bien se lo acercó a los labios sufrió un ahogo que fue el comienzo de su agonía. Delirante, y nublada la vista, dijo a su hija Alejandra: 'Abre esa ventana, que quiero ver el mar', y cerrando sus ojos para siempre, expiró»...